Por Oscar Mira
Salimos desde Londres y volamos a Dublín en Irlanda del Sur. Un país independiente del Reino Unido, pero con fronteras muy cercanas y uno de los socios fundadores de la Eurozona. Arrancamos nuestra visita a La Tierra Esmeralda.
Nunca caminamos tanto entre aeropuertos, cintas, pasillos, escaleras que suben y bajan, ascensores, aduanas, check in, colas, migraciones, etc. Mi Samsung Health dice que ya superé ampliamente el registro de pasos diarios. Cosas de la tecnología moderna.
Para conducir, hay que cambiar el chip instalado en la cabeza, antes de pegarte contra un poste o quedar estampados en el radiador de un camión como polillas. Como es eso?
El día anterior, en Islandia manejábamos un vehículo, con caja automática, volante a la izquierda y circulación por la derecha y al hoy, tenemos un coche con caja manual de 7 velocidades, volante a la derecha y circulación por la izquierda. Dónde quedó mi chip británico que me lo tengo que cambiar urgente?
No sólo eso, después de lidiar con carteles en islandés, que no se entienden, aparecen carteles en gaélico, que se entiende menos. Y ya al salir del rental car, tuvimos nuestra primera discusión por el GPS:
– Pongamos la calle del hotel!!
– No la encuentra…
– Busca la ciudad!!
– No la encuentra…
– ok por dónde voy? derecha, izquierda, derecha, izquierdaaa…??
– No sé. Hace lo que quieras porque el GPS no me trae datos. Cuidado el semáforo, andá más despacio, doblá ahora. Ufff, nos pasamos. Ahora tenemos que retomar y dar una vuelta muy larga. Por donde volvemos ahora??
Estas discusiones son comunes y siempre terminan cuando el camión que tenemos pegado al culo del coche, nos toca bocina para apurarnos porque el semáforo ya dio luz verde y es cuando a dúo y en buen lunfardo lo mandamos al carajo. Total, acá se hablan muchos idiomas y nadie se entiende.
El país es un estado soberano que forma parte de la Union Europea. Su capital es Dublín y tiene como única frontera a Irlanda del Norte, nación constitutiva del Reino Unido. Nuestro recorrido comenzaba en Cork, seguía en Limerick, Galway y otras ciudades, para finalizar en Dublín. Desde ahí pasaríamos a Irlanda del Norte para luego cruzar a Londres.
Irlanda se independizó en 1922, acabando con el Tratado Anglo-Irlandés. Mientras que Irlanda del Norte optó por permanecer en el Reino Unido. Fue en esa época, cuando se inició el conflicto de Irlanda del Norte, que aún perdura, por lo que entre ambos estados no existieron relaciones durante años, hasta que en 1999, ambas naciones trabajaron en conjunto, en el marco del Consejo Ministerial Norte-Sur creando así el Acuerdo de Viernes Santo, donde el gobierno irlandés y el británico ponían fin a los conflictos. Pero de ese tema hablaremos más adelante.
A fines de los 90´, el país tuvo un crecimiento superior al promedio europeo y se ganó el apodo de El Tigre Celta. Pero en el 2008 y debido a la crisis financiera mundial, Irlanda entró en crisis y puso fin a su etapa de rápido crecimiento económico.
De todas formas, el país se mantiene en los puestos más altos en materia de libertad económica, política y prensa y en la actualidad se ubica entre los más ricos del mundo, en términos de renta per cápita, manteniendo también su política de neutralidad y no alineación y por eso no es miembro de la OTAN, aunque sí participa en la Asociación de la Paz. En el 2017, Irlanda apareció en el cuarto lugar de las naciones más desarrolladas del mundo según el Índice de Desarrollo Humano de Naciones Unidas, que mide salud, educación y riqueza. Argentina se ubica en el puesto 45.
Los primeros tiempos
Los primeros pobladores llegaron hacia el año 3000 aC, siendo cazadores y recolectores, y hacia el 2000 aC, construyeron santuarios y tumbas de piedra, que aún pueden verse Uno de ellos es Brú na Bóinne, un complejo arqueológico funerario construido para enterrar a miembros relevantes de la sociedad tribal. Según datación de Carbono 14, la edificación usada como tumba, es 500 años más antigua que las Pirámides de Egipto y 1000 más que Stonehenge en Inglaterra. La mayoría de los monumentos encontrados están alineados de manera astronómica. Durante la excavación en la tumba, solo se encontraron restos incinerados de cinco individuos.
Antes de la expansión de la Antigua Roma, parte de Europa estuvo dominada por los Celtas, que dejaron su legado arqueológico, cultural y musical, sobre todo al noroeste de la Península Ibérica, llamada Gallaecia, en donde se encontró presencia celta aunque no se haya conservado su idioma.
La Universidad de Oxford descubrió que la mayoría britana, desciende de los celtas que llegaron desde Iberia alrededor del 5000 aC, y cruzaron a la isla cerca en el 1600 aC, fundando así la Irlanda Celta que se dividió en cuatro provincias o clanes que se dedicaron a la ganadería y la agricultura. Aunque eran analfabetos y no dejaron escritos, parte de la historia celta pudo ser reconstruida gracias a escritos romanos y se sabe que en el siglo IV a.C, colonos y guerreros celtas del norte de los Alpes, atacaron Italia y los Balcanes, saqueando Roma en el año 390 a.C y asediando Grecia. Los griegos y los romanos veían a los celtas como enemigos temibles ya que la práctica celta de conservar las cabezas cortadas de sus enemigos distinguidos y mostrarla a sus visitantes, eran consideradas bárbaras por los pueblos mediterráneos. No obstante, se los consideraba carentes de disciplina. Pero el guerrero celta era distinto al legionario romano. Llevaba el pelo blanqueado con cal, vestía pantalones en vez de túnica, joyas, una colorida capa a cuadros y por lo general llevaba una larga espada de hierro, una lanza y un escudo de piel. El casco y la cota de malla le daban una protección adicional. La guerra era muy importante para los celtas, que eran gobernados por una elite guerrera, en donde su reputación de valentía en la batalla era una importante fuente de poder. El fracaso no era aceptable y los jefes se suicidaban para no sufrir la humillación de la derrota.
Los druidas y sacerdotes actuaban de intermediarios entre hombres y dioses y eran los jueces en causas criminales, supervisaban sacrificios y tenían el poder de comenzar rebeliones o excluir de la vida de la comunidad a aquellos encontrados culpables.
Usaban un calendario similar al actual y su principal fiesta era el 1 de noviembre que señalaba el año nuevo, conocido como Samain. Ese era el momento donde los espíritus de los muertos vagaban libremente por la tierra. La tradición aún se conserva hasta hoy con la Fiesta de Todos los Santos y el Halloween anglosajón.
Se sabe que la Irlanda Celta, llamada Hibernia, nunca formó parte del Imperio Romano., que de haberla conquistado, hubieran dejado huellas de su paso, algo que no pasó. Así que la relación entre Roma e Hibernia aún permanece incierta. Ya en el siglo V d.C los celtas habían desaparecido de Bretaña, Galia y parte de Europa.
San Patricio: Patrono de Irlanda
En el año 385 nació en un pueblo escocés Maewyn Succat, que a los 16 años, es tomado prisionero de piratas, junto a otros jóvenes y es vendido como esclavo para trabajar en Irlanda. Allí estuvo cautivo seis años como pastor y aprendió el idioma celta. Al recuperar su libertad se dirige a Francia, visita Tours y en Auxerre estudia el cristianismo y se ordana sacerdote, cambiando su nombre a Patricius.
Tras una visión y ya con 46 años vuelve a una Irlanda dividida en clanes y sometida a la autoridad de los druidas, como evangelizador. Allí, utilizando un lenguaje sencillo para evangelizar, convierte a varias familias reales y a través de sus escuelas introduce la palabra escrita. A él se le atribuye la gran fe cristiana irlandesa, ya que durante su vida construyó unas 700 iglesias. Tras la muerte del santo, la élite irlandesa ya era letrada y registraba su historia por escrito. Irlanda se transformó casi completamente en cristiana, pero parte de este legado fue destruido en las invasiones vikingas de los siglos IX y X.
A San Patricio se le atribuyen unos 30 milagros y entre ellos, se dice que un príncipe que no creía en la resurrección le pidió que resucitara a su abuelo. San Patricio se acercó a su tumba, rezo y su abuelo se levantó.
Por qué celebramos San Patricio el 17 de Marzo? Ese día se conmemora la muerte del misionero, quien murió de viejo, formó un clero y se lo reconoce como Santo Patrono Irlandés. Una vez, utilizó el trébol de tres hojas para explicar la Santísima Trinidad, convirtiendo a ésta planta en símbolo religioso. El usó el trébol como muestra de una misma unidad, pero con tres personas diferentes: una hoja era el Padre, otra el Hijo y la última el Espíritu Santo. A partir de allí, el trébol de tres hojas se convirtió en símbolo de la iglesia de Irlanda. Más tarde, el uso del color verde para la festividad, se extendió por el color de los tréboles del movimiento independentista irlandés a fines del siglo XVIII.
La fiesta de San Patricio ganó popularidad más allá de lo religioso gracias a la inmigración irlandesa a Estados Unidos a partir del siglo XVIII, donde los inmigrantes transformaron el St. Patrick Day en una fiesta secular para demostrar poder político y cultural. El primer desfile de San Patricio fue en Boston en 1737, luego en Nueva York en 1762. Dos siglos después, comenzó la tradición de pintar de verde el río de Chicago como recuerdo de los campos verdes de tréboles del país de los inmigrantes. Esta celebración que combina música, danzas celtas y desfiles de carruajes hicieron que las costumbres de Irlanda se volvieran universales.
San Patricio fue famoso por sus obras y una de ellas, fue aceptar una solución a la queja de Santa Brígida, quien consideraba injusto que las mujeres tuviesen que esperar que un hombre les declarase su amor. Por ese motivo, él solucionó el conflicto concediendo un día para que las mujeres pudieran declararse a los hombres y fue tan generoso que propuso el 29 de febrero. Así que cada 4 años, se puede ver a alguna mujer arrodillada y declarándose para pedir la mano de un hombre y para ello no es de extrañar que usen el Anillo de Claddagh, un tradicional anillo irlandés que se entrega como símbolo de amistad o compromiso. El anillo tiene dos manos entrelazadas que agarran un corazón con una corona sobre ellos. El corazón corresponde al amor, las manos a la amistad y la corona a la lealtad. Según la tradición, dependiendo de cómo se lleve el anillo tiene un significado u otro.
Desde que Irlanda fue cristianizada en el siglo VI, la iglesia rechazó el poder de Roma en asuntos religiosos y no le pagaba tributos. Así que el papa Adrián IV, el único papa inglés, emitió una bula papal en el 1155 y le otorgó a Enrique II de Inglaterra la autorización para invadir la isla en respuesta por no reconocer del derecho romano. Siglos después, Irlanda también sería invadida por cámbricos, galeses y flamencos.
En el siglo XII d.C, llegaron los normandos y controlaron parte de la isla pero a lo largo de los siglos, la Irlanda gaélica recuperó terrenos, ya sea por reconquista o asimilación cultural, ya que éstos se sentían más irlandeses que los propios irlandeses. Ya finales del siglo XV, sólo una pequeña franja de terreno fortificada conocida como La Empalizada, donde hoy es Dublín, quedaba bajo influencia del rey inglés. Esta fortificación de 30 km de extensión se construyó con el sentido de protegerse de los ataques nativos ya que el resto de la isla estaba bajo influencia gaélica.
En el 1536, el rey Enrique VIII de Inglaterra decide reconquistar la isla para colocarla bajo dominio inglés, ya que la dinastía gaélica que gobernaba era poco fiable y de esa forma se evitaría que Irlanda se convierta en centro de rebeliones o futuras invasiones extranjeras. Años más tarde, el rey la eleva de señorío a reino como respuesta al cambio de relaciones con la Santa Sede que todavía poseía soberanía espiritual sobre Irlanda. Este proceso de guerra y paz, duró casi un siglo entre ingleses y gaélicos.
Sigamos viaje
Desde Dublín hasta Cork son unas 3 horas de ruta, pero el viaje se extendió un poco más, no sólo por los fuertes vientos, sino porque pasamos por la ciudad de Kilkenny, conocida como la Ciudad de Mármol debido al tipo de piedra utilizada para sus construcciones. El pequeño pueblo de Cashel, que en el siglo V fue elegido por los Reyes de Munster para asentarse y donde San Patricio convirtió al cristianismo a varios reyes. Acá se encuentra la Roca de Cashel que es una elevación de roca caliza, con edificaciones en su cumbre y rodeado de murallas. Hoy el lugar está en ruina y tiene un valor histórico. Durante la guerras de 1647, Cashel fue saqueada y destruida por tropas inglesas, donde más de 1.000 católicos irlandeses fueron masacrados en las batallas.
Un poco más allá, está Waterford donde todavía quedan construcciones de las épocas vikingas y normandas y su famosa fábrica de cristal que funciona desde 1783 creando toneladas de cristal fundido y creando objetos de gran belleza conocidos mundialmente.
Ya al llegar a Cork, los lugareños dicen: “Dublín no es realmente la capital de la República de Irlanda, pero les permitimos a los dublineses que se lo crean. Dejamos que agasajen a los dignatarios, pero cuando tienen el día libre, vienen hasta Cork para entretenerse de verdad”, así bromean y razón no les falta, ya que Cork tiene una animada vida urbana, pubs y cafés de moda, galerías de arte, museos. A pesar de ser una ciudad, se tiene la sensación de estar en un pueblo con una vida relajada y sin demasiadas preocupaciones.
El centro histórico de Cork se ubica en la isla que forman dos brazos del rio Lee al que se accede por varios puentes y aquí se combinan iglesias medievales con el arte urbano. Una de esas iglesias es la de Santa Ana, construida en 1772 que cuenta con varios tesoros en su interior como una pila bautismal de 1629. La iglesia es conocida por su torre con ocho campanas, que cualquier visitante con energía para subir 132 estrechos escalones, puede hacerlas sonar. A ésta torre se la llama La Mentirosa de Cuatro Caras porque dicen que cuando miras al reloj desde abajo, da la sensación de que cada uno de los 4 relojes da una hora distinta.
También está la Catedral de San Fin barre cuya historia se remonta al siglo VII, cuando el santo fundó la ciudad y construyó un monasterio que atrajo las miradas de los vikingos, que no dudaron en acercarse a la ciudad y saquearla.
También la Catedral de Santa Maria y Santa Ana, atrae la atención desde cualquier sitio de la ciudad por su torre y una fachada impresionante, pero es una catedral sencilla en su interior, construida con estilo gótico en el siglo XIX y es impresionante por sus torres, gárgolas y una escultura de un ángel de oro. Vale la pena entrar, a pesar de que cobran entrada y admirarla por dentro.
Otros lugares para visitar cerca de Cork? Muchos. Uno de ellos es Kinsale con callejuelas estrechas y coloridas casas frente a la bahía o también visitar Killarney con su castillo medieval del siglo XV y su parque nacional y se encuentra dentro del Anillo de Kerry que conforma un circuito turístico ideal para recorrer en auto mientras visitas diversos hitos con encanto propio. Uno de ellos es la estatua de Charles Chaplin en Waterville donde el famoso actor y director pasaba muchos veranos.
Otro pueblo para visitar es Cobh. Un pequeño pueblo portuario con un trágico pasado. Este fue el último puerto de embarque del Titanic antes de partir hacia su trágico final en 1912 cuando su nombre era Queenstown.
También está el pueblo de Blarney con su famoso castillo en donde podes conocer sus mazmorras, cuevas y jardines. En el castillo se encuentra la Piedra de la Elocuencia, que se encuentra situada en lo más alto y fue incrustada ahí en 1446. Cuenta la leyenda, que si besas la piedra por la parte de abajo, para lo que precisas flexibilidad dado que debes recostarte en tu espalda y quedar medio colgando del vacío, se obtiene el don de la palabra. Los propietarios del castillo tienen diferente explicaciones sobre el origen de la piedra y sus supuestos poderes. Ellos dicen que la Piedra fue usada como almohada por Jacob y traída a Irlanda por el profeta Jeremías y también dicen que la Piedra era la roca que Moisés tocó con su bastón de donde brotó agua para los israelitas durante su éxodo de Egipto. En fin, cientos de leyendas y fantasías.
Porque hay tantos castillos y fortalezas en Irlanda? Cuenta la historia que el joven Rey Eduardo VI, hijo de Enrique VIII, de 15 años, ya muy enfermo, prometió una donar 10 libras a todo aquél que construyera un castillo, porque quería reforzar las fronteras del reino. Esas 10 libras de la época debían ser mucho dinero ya que se multiplicaron las fortalezas y es muy común verlas en cada pueblo por donde uno pasa. Hoy en día, esas 10 libras serían unos 13 dólares y no es mucho dinero para esperar como donación por construir una fortaleza no?
Fuente: Canal 13 San Juan. Fragmento reproducido con autorización del autor.