Por Oscar Mira
Nuestra visita a Dublín termina y ya nos movemos al norte de la isla. Siguiendo la ruta M1 y la A1, vamos camino a Belfast y debemos cambiar nuevamente nuestro chip de viaje y adecuarnos rápidamente a un nuevo sistema.
Al cruzar la frontera entre ambos países, las cosas cambian rápido. Dejas de pensar en euros, para pensar en libras. Dejas de pensar en kilómetros para pensar en millas. Dejas de pensar en litros para pensar en galones. El dominio británico está arraigado desde hace siglos y es muy grande en éste país de más de 2 millones de habitantes que se debate por el Brexit del Reino Unido.
Recordemos que Irlanda del Sur logró la independencia del Reino Unido gracias a los acuerdos entre los parlamentos de Londres y Dublín, consiguiendo así autonomía. Pero luego vinieron desacuerdos por la participación del Reino Unido en la Primera Guerra Mundial y se generaron conflictos entra ambos países, hasta que en 1922 se estableció el Estado Libre Irlandés, que la convertía en dominio pero con autogobierno del Imperio Británico, al igual que Canadá, Terranova, Australia, Nueva Zelanda y Sudáfrica.
Por su parte, Irlanda del Norte, creada en 1920, tendría la opción de retirarse del Estado Libre Irlandés durante el mes siguiente a la entrada en vigor del tratado. Esto llevó a que el Ejército Republicano Irlandés (IRA), no se encontrara feliz con las condiciones y se generaron focos de violencia que se trasladaron al norte, donde sus ofensivas fueron sucesivamente apagadas por el Ejército Británico. Tras un referéndum en 1921 para decidir su futuro, en 6 condados, ganó la opción de separarse del Estados Libre Irlandés y seguir con el Reino Unido. Así que mientras cerca del 90% de la República de Irlanda es católica, en Irlanda del Norte es mayoritariamente protestante y éste es otro motivo que generó divisiones entre ambos estados.
¿Por qué el Brexit afectaría a Irlanda del Norte?
A la salida del Reino Unido de la Unión Europea se la conoce como Brexit, que es una palabra combinada de: Britain, “Gran Bretaña” y Exit, ‘Salida’. El Brexit es un proceso político que consiguió el abandono del Reino Unido en su condición de Estado Miembro de la Unión Europea. Luego del referéndum del 2016 donde los votantes apoyaron la salida, se inició un proceso que finalizaba con la salida del Reino Unido el 29 de marzo de 2019. El plazo fue prolongado varias veces y la fecha definitiva fue el pasado 31 de enero de 2020, cuando definitivamente abandonó la Unión Europea. En virtud de éste acuerdo, existe un periodo transitorio hasta el 31 de diciembre de 2020 por el cual Reino Unido se mantendrá en el mercado europeo y tanto los ciudadanos como las empresas no notarán diferencias. Pero el Reino Unido y la UE deberán negociar una nueva relación comercial.
Pero no todos están contentos en el Reino Unido. En Irlanda del Norte, el 56% votó a favor de permanecer en la UE, sobre todo los jóvenes y ahora temen que se rompa el frágil equilibrio.
Son unos 500 kilómetros de fronteras, con cientos de caminos, vías fluviales y rutas se cruzan entre ambas Irlandas y la única forma de saber en cual país estás, es el color de la línea continua de la ruta: amarilla en Irlanda y blanca en Reino Unido y las señales de tráfico indicadas en kilómetros o millas y eso lo notas en esa ruta que te lleva a Belfast.
El Acuerdo de Paz del Viernes Santo firmado en 1998 con la mediación de Londres y Dublín eliminó toda frontera construida durante años por la violencia entre católicos y protestantes, que saldó la vida de 3.500 personas. Pero todo aquello cambió desde los acuerdos de paz y los ciudadanos de uno y otro lado podían cruzar la frontera sin pasar por ningún control. Pero todo podría cambiar por culpa del Brexit, dado que tanto la República de Irlanda como Gibraltar, se convertirán desde el 1 de febrero en las dos fronteras terrestres de la UE con el Reino Unido. Dicho malestar es visible, entre los jóvenes que no vivieron la violencia y crecieron disfrutando de las ventajas del proceso de paz, ya que pertenecer a la gran familia europea significaba poder estudiar, viajar y trabajar en otros países de la UE sin ninguna traba, así que muchos norirlandeses que se consideran británicos, también consideran que la reunificación de Irlanda sería la mejor manera de permanecer en el bloque comunitario, argumentando que cuanto más tiempo pasen en una Irlanda unificada económicamente, más personas pensarán que estarán mejor en una Irlanda también unificada políticamente, porque por primera vez hay una mayoría que busca una Irlanda unificada. Y si así fuera se debería hacer un referéndum en Irlanda del Norte.
A quien perjudicaría la salida del Reino Unido? Ni el Reino Unido ni la Unión Europea. Ambos pierden pero existe la posibilidad de que en el comercio entre América y la Unión Europea, Dublín aproveche su nueva condición y reemplace a Londres, ya que Irlanda comenzó a implementar impuestos más bajos para favorecer a las empresas para que se radiquen allí. Por éste motivo, se fortalece la también salida de bancos y entidades financieras de Londres, que trasladarían sus sedes a Frankfurt, París o Dublín.
Hay empresas que se encuentran bajo presión por el Brexit y una de ellas es la Cerveza Guinness porque se produce en Irlanda del Sur, pero se embotella en Irlanda del Norte, que pertenece a Gran Bretaña. Cada día, salen camiones cisterna llenos de cerveza con destino al norte de la isla y en el camino, cruzan la frontera invisible antes de llegar a Belfast, donde se embotella y empaca antes de volver a Dublín para su exportación por vía marítima. Cualquier retraso en la cadena logística, provocará sobreprecios en la exportación. Pero en las negociaciones sobre el Brexit, el Reino Unido y la Unión Europea se comprometieron a no instalar ninguna infraestructura física que perturbe el cruce de la frontera tras la salida británica de la UE ya que el objetivo es no amenazar el Acuerdo de Paz del Viernes Santo que en 1998 puso fin a 30 años de sangriento conflicto.
Llegada a Belfast
Ya al llegar a nuestro Bed & Breakfast en la ciudad algo cambió y al igual que la mayoría de las casas en Gran Bretaña, se alquilan habitaciones las que generalmente están en las plantas más elevadas a las que llegas subiendo angostas escaleras de madera. A veces no es fácil sabiendo que cargas equipaje pesado. Pero lo vistoso de éste lugar en Belfast fue el barrio tranquilo en donde estábamos, aunque el tránsito es caótico, ya que hay infinidad de callejones angostos por donde circula solo un coche, mientras en ambos lados hay coches subidos a la vereda, por lo que queda espacio para la circulación de uno solo y si viene un coche de frente, porque son calles de doble circulación, haces un juego de luces y alguno tendrá que retroceder o esperar a que pase el otro.
Nuestra anfitriona, al igual que en todo lugar en donde estuvimos, nos atendió muy bien y nos ayudó en todo, pero al hablar con ella respecto a su ciudad y los muros que la dividen, nos dijo que conoce esos muros desde que era chica y que aún le causan mucha tristeza.
La ciudad está plagada de iglesias Cristianas en todas sus ramas: Católicas, Protestantes, Luteranas, Bautistas, Evangélicas, Metodistas, Pentecostales, etc. Mirás para un lado y ves una iglesia y frente a ella tenés otra de la competencia. Algunas abiertas, otras cerradas, unas más austeras y otras más ornamentadas, pero todas las que visitamos fueron muy acogedoras. Pero a una de ella no pudimos entrar y era la Iglesia San Lukes Parish, porque estaba a la venta. Así que, todo aquel que esté interesado y que desee cambiar de trabajo, puede comprar ésta Iglesia y predicar acá. Aunque la competencia va a ser difícil.
Recorrer la ciudad, te recuerda que esta no es una ciudad común y corriente. Acá desde hace años hay grandes problemas. El conflicto de Irlanda del Norte o The Troubles fue un conflicto armado interétnico en Irlanda del Norte, que provocó gran pérdida de vidas humanas durante la segunda mitad del siglo XX. Enfrentó, por un lado, a los unionistas de Irlanda del Norte de religión protestante, mayoritaria en la región y partidarios de preservar los lazos con el Reino Unido y por otro lado a los republicanos irlandeses, en su mayoría católicos y demográficamente minoritarios, partidarios de la independencia o bien de la integración con la República de Irlanda, país de religión católica. Ambos bandos recurrieron a las armas, entonces Irlanda se hundió en una espiral de violencia que duró desde el 8 de octubre de 1968 hasta la firma del Acuerdo del Viernes Santo, el 10 de abril de 1998, que sentó las bases de un nuevo gobierno, en el cual católicos y protestantes comparten el poder. No obstante, la violencia continúa de forma ocasional y a pequeña escala con algunos incidentes y atentados.
En muchas ocasiones, la violencia del conflicto sobrepasó las fronteras de Irlanda del Norte, extendiéndose hacia la República de Irlanda y al Reino Unido. Si bien nunca fue una guerra declarada, los conflictos dejaron unos 3.500 muertos y unos 50.000 heridos, los recursos empleados por el gobierno británico durante años, la destrucción causada en ciudades y pueblos de Irlanda del Norte y el Reino Unido y el arsenal usado por los grupos paramilitares apuntaron directamente hacia una guerra sin cuartel.
Algunos dicen que el conflicto de Irlanda del Norte tuvo origen en 1169 debido a la invasión Normandas desde tierras Galesas, con autorización de Enrique II de Inglaterra. Esta invasión marcó el inicio del conflicto entre Inglaterra e Irlanda. Pronto, los normandos asimilaron la lengua y la cultura gaélica nativa, a la vez que introdujeron el feudalismo, dominando y sometiendo a la población irlandesa local. Años después, Enrique VIII estableció el anglicanismo en la Iglesia de Irlanda con la reforma religiosa.
Nuestro paseo nos llevó a conocer los muros que tiene la ciudad, que tenían la función de separar los vecinos católicos de los protestantes. Algunos muros alcanzan los 7 metros de altura y se extiende a lo largo de 30 km por las que fueron los distritos más conflictivos de la ciudad.
Cientos de grafitis adornan los muros que muestran el conflicto y cicatrices de décadas de guerras internas, muchos de esos grafitis tienen escrituras de personas que pasan por ahí dejando constancia de su visita con mensajes de paz. Aunque en el centro de Belfast los niños comparten aulas independientemente de su origen o credo, en los barrios la segregación es total y la desconfianza aún permanece porque las barreras mentales aún siguen presentes y son más difíciles de derribar que los muros.
Una porción de ellos, está en Cuper Way y es llamado El Muro de la Paz, y divide la parte católica Falls Road de la protestante Shankill Road, con grandes portones que al día de hoy se siguen cerrando por las noches para evitar cruces. Esta es una de las zonas más afectadas por los conflictos. De uno u otro lado de los muros, los mensajes cambian. En la zona oeste de Belfast, con mayoría católica, se ven pintadas y grafitis del tipo ¡Abajo la Reina!, ¡Viva el IRA! o ¡Viva Irlanda! En cambio, en la zona este con mayoría protestante, se leen frases como ¡No nos rendiremos! o ¡Aquí no hay Papa ni papado!
En los últimos años hubo debates sobre el futuro de los murales de Belfast. Algunos los ven como un feo recuerdo de un pasado violento, mientras que otros dicen que es parte de la historia de Irlanda del Norte. Acá se mezclan grafitis del conflicto norirlandés con otros temas mundiales. Muchos desean reemplazar los murales provocativos, agresivos y militaristas por otros neutrales dedicados a personalidades como al futbolista George Best, Nelson Mandela, George Bush o Che Guevara, pero además hay imágenes de conflictos internacionales como los problemas en la Franja de Gaza o el apoyo a la división de Cataluña. De lo que no hay duda, es que se han convertido en un importante punto turístico.
El cine se hizo eco de algunos conflictos en Irlanda y tal vez la película más conocida sea En el Nombre de Padre, basada en la historia real de los llamados Cuatro de Guildford que eran un grupo de cuatro personas: Paul Hill, Gerry Conlon, Patrick Armstrong y Carole Richardson, que fueron condenadas injustamente en el Reino Unido en octubre de 1975 por la colocación de bombas en pubs de Guildford en Inglaterra. El atentado se le atribuyó al IRA y allí murieron siete personas. Los acusados cumplieron penas de quince años de cárcel, por un delito que no cometieron. Este hecho es considerado uno de los errores judiciales más graves del Reino Unido. Los verdaderos responsables del atentado nunca fueron procesados. En 1989, el tribunal de apelaciones de Londres anuló las sentencias, cuestionando las pruebas presentadas por la policía. En 2005, el Primer Ministro de esa época, Tony Blair, pidió perdón por la injusticia y el dolor causados a los condenados. La cantante irlandesa Sinnead O´Connor con una voz exquisita, interpreta el tema central de la película que protagonizaron Daniel Day-Lewis y Emma Thompson. Si no viste la película, te recomiendo que lo hagas. Si la viste, mirala de nuevo y disfruta también de su banda sonora, con temas de Jimi Hendrix, The Kings, Bono, Bob Marley y por supuesto el tema de Sinnead O´Connor que suena en homenaje de los presos a la muerte del padre de Gerry Conlon. Muy emotiva.
Fuente: Canal 13 San Juan. Fragmento reproducido con autorización del autor.