Muy crítica con la legalización del aborto, la diputada de Consenso Federal afirmó que en lugar de resolver las causas del problema, se le ofrece a la mujer “como única solución que pueda disponer de la vida de su hijo”.
Sobre el final del debate, Graciela Camaño dio un fuerte alegato contrario a la legalización del aborto. “Este proyecto que claramente no se aboca a la despenalización del aborto y avanza más allá, lesiona el derecho de la vida por nacer”, sostuvo, para agregar luego que “la ley es la expresión de la voluntad general, pero tiene que estar subordinada a la Constitución y los tratados internacionales con jerarquía constitucional, donde el derecho a la vida tiene amplia protección”.
Para Camaño, “si se sanciona esta ley anticipa las causas del futuro problema, porque aunque se quieran atenuar y utilizar eufemismos, lo que se está haciendo es habilitando a descartar la vida de un ser humano. Y eso es lo que la convierte en inconstitucional en su origen”.
“Hoy la realidad es que más allá de algunos discursos, lo que se está haciendo es transformar al feto en lo que los romanos llamaban ‘res’, ‘cosa’, a fin de poder ponerlo en posesión de la gestante, y que ella incluso prescindiendo del otro gestante pueda decidir si vive o no vive”.
Graciela Camaño señaló que “Argentina abandonó ese concepto en la Asamblea de 1813, cuando decidió la libertad de vientres, el hijo acunado en el vientre de una esclava que era considerada una cosa, dejó de ser cosa. Hoy retrocedemos 207 años con esta ley”. Se preguntó a continuación si “creemos en serio que estamos ampliando derechos. En una Argentina agonizante, destrozada, empobrecida, embrutecida, ¿en serio creemos que con esta ley estamos ampliando derechos?”.
“Creo que este debate y esta ley es el certificado y la demostración palmaria de la incapacidad política que tenemos para resolver los problemas de nuestra sociedad -agregó-. El aborto es el emergente claro de la falta de educación, de oportunidades, de las desigualdades y la violencia contra la mujer… Y en lugar de resolver las causas, la educación, las oportunidades y las violencias, venimos a proponer que quede en la esfera privada de la mujer la resolución del problema. Ofreciéndole como única solución que pueda disponer de la vida de su hijo”.
Con un agravante, agregó: “Que el hombre gestante se lava las manos; no tienen nada que opinar, ni a favor ni en contra, es una responsabilidad absoluta de la mujer”.